La festividad
del Corpus Christi en la localidad sevillana de Carrión de los Céspedes se
distingue por la decoración que exhiben sus calles para acoger la celebración
de Jesús Sacramentado, realizada a base de arcos decorados con papelillos de
colores y la construcción de arquitecturas efímeras con cúpulas que transforman
notablemente la fisonomía de la localidad.