La Hermandad del Buen Fin de Sevilla instala todos los años un altar alusivo a la navidad en su sede canónica la iglesia conventual de San Antonio de Padua. En el presente año la principal novedad es la ubicación del mismo, puesto que se sitúa en el presbiterio justo a los pies del retablo mayor, debajo del camarín de Nuestra Señora de la Palma. Como es habitual se compone con las figuras secundarias del paso de misterio que realizara Luis Álvarez Duarte y que en la actualidad no procesionan, el romano, María Magdalena, Nicodemos y José de Arimatea se transforman en pastores que van a adorar al Niño Jesús. El San Juan evangelista que posee la hermandad se convierte por unos días en San José, mientras que la imagen que hace de María es la Inmaculada que preside el altar del crucero situado en frente del retablo del Cristo del Buen Fin.