La Hermandad del Buen Fin instaló en su sede canónica
la iglesia
de San Antonio de Padua durante los días de la semana santa un espectacular y
singular altar con motivo de la no salida procesional del miércoles santo. El presbiterio
del templo se encontraba ocupado por un altar que simbolizaba el monte calvario
realizado con diferentes figuras secundarias de su paso de misterio además de
los dos titulares el Santísimo Cristo del Buen Fin y Nuestra Señora de la Palma
Coronada.