El paso del Cristo de Confalón reúne una serie de singularidades que lo convierten en un paso único.
La imagen
del crucificado va sobre una peana del siglo XVII que ocupa toda la superficie
del paso, ésta se alumbra por candelabros de guardabrisas, donde las tulipas
tienen lágrimas de cristal. La cruz es de taracea y el cristo se agarra en las
manos y pies por tres azucenas doradas que hacen la función de los clavos. El
paso es portado a hombros por los “hermanos de paso” que tienen la
particularidad de ir descalzos al igual que el “hermano martillo”, que es una
forma literal de llamarlo ya que porta en su mano un martillo de los de toda la
vida, que hace las funciones de capataz. La cuadrilla de cargadores recibe una
denominación sui generis, la “remúa” existiendo dos, la grande y la chica
equivalentes a alta y baja.