A veces la Sevilla cofrade se distingue de otras por pequeños detalles que para muchos pueden pasar desapercibidos, pero que en su justa medida lo que hacen es engrandecer nuestra semana santa, al menos eso es lo que pienso.
En estos días en que la Hermandad del Buen Fin está celebrando el quinario a su sagrado titular el Santísimo Cristo del Buen Fin, además de montar un magnífico altar de cultos ha tenido el detalle de colocar otro mucho más discreto pero lleno de significado y originalidad en el retablo que habitualmente ocupa el crucificado. En vez de dejarlo vacio ha utilizado las imágenes que realizara Luis Álvarez Duarte de Nicodemo y José de Arimatea, pertenecientes al antiguo misterio del paso de Cristo para hacer una original composición.