La procesión extraordinaria de la Virgen de la Soledad de Marchena discurrió por prácticamente la totalidad de templos de la localidad. Momentos álgidos fueron los vividos junto a la parroquia de San Sebastián donde la Virgen fue recibida por las hermandades del Dulce Nombre de Jesús y de la Humildad con alfombras de sal en la calle. Prosiguió hasta Santa Clara, la capilla de la Asociación de la Virgen Milagrosa y por fin la llegada al barrio de San Miguel, desde donde partió la iniciativa de la recogida de firmas para la concesión de la medalla de la Villa. Era la primera vez que se recuerde que la Virgen pasaba por esas calles de San Miguel, viviéndose momentos emocionantes cuando el paso entró completamente en la parroquia y fue colocado frente al Nazareno. Por primera vez las dos imágenes con más devoción de la localidad, juntas.
Tras esto, la procesión discurrió hacia San Agustín donde fue recibida por la Hermandad de la Palma, San Pedro y una parada en el ayuntamiento y por último la capilla de la Vera Cruz. La procesión concluyó a las 5 de la madrugada en Santa María de la Mota, tras escucharse en este último tramo del recorrido las tradicionales y primaverales “moleeras”, en pleno mes de noviembre.