Desde luego
que la semana santa del año 2020 quedará en los anales de las hermandades y en
la memoria de todos los cofrades como aquella en la que no hubo procesiones,
algo inédito a lo que no estamos acostumbrados.
Por culpa
del maldito coronavirus nos hemos quedado sin nuestra popular “fiesta”
religiosa, porque semana santa habrá en el calendario litúrgico y con la
celebración de los santos oficios on-line o guardando la vigilia desde nuestros
domicilios, pero no hay nada comparable para sentirse en semana santa como ver
un paso en la calle al compás de una marcha o en el silencio del rachear de los
costaleros.
Este año nos
quedamos en casa, con nuestros templos y capillas cerradas, sin necesidad de
que aparezca la lluvia meteorológica, por mor de una pandemia a modo de plaga
del antiguo Egipto.
Será una
semana santa incompleta, nos faltará algo, pero la estación de penitencia la
llevaremos por dentro durante no se sabe cuanto tiempo. Por eso para ilustrar
esa sensación de decepción y desánimo la acompaño con estas fotos donde los
pasos están en proceso de montaje, falta lo más importante la presencia de la
imagen titular que en estos momentos de desazón nos ayudan a superar las
dificultades.