En el año
1943 después del luctuoso incendio de la Capilla de la Hermandad de Las Aguas
en San Jacinto donde se perdieron todos
los enseres, la Hermandad se traslada a la iglesia de Santiago desde la
cual realizará en ese año estación de penitencia a la catedral. En ese primer
año de la recuperación patrimonial el nuevo Cristo de Las Aguas que realizara
Antonio Illanes procesionará solamente acompañado de dos ángeles ceriferarios
que son propiedad de la Hermandad Sacramental de Santa Ana, dichas esculturas
están atribuidas al taller de Pedro Roldán. En la exposición del Círculo
Mercantil dedicada a la parroquia de Santa Ana se encontraban presentes, razón
por la cual hemos aprovechado para mostrárselos en primer plano y al detalle.