La Hermandad de la Lanzada instaló en su sede canónica
la iglesia
de San Martín durante los días de la semana santa un espectacular y singular
altar con motivo de la no salida procesional del miércoles santo. El presbiterio
del templo se encontraba ocupado por las figuras de su paso de misterio
representando el momento en que Longinos asesta la lanzada en el costado del
señor. Nuestra Señora del Buen Fin se encontraba en su capilla entronizada en
un altar realizado con diversos elementos de su paso de palio.