jueves, 23 de abril de 2015

El retablo de Nº. P. Jesús Nazareno de Osuna.

El altar donde nuestras imágenes titulares reciben culto y las plegarias de sus devotos durante todo el año es tan importante o más que los pasos donde realizan sus estaciones de penitencia. Algunas hermandades y cofradías de Sevilla hasta hace poco tiempo estaban afanadas todavía en resolver esa cuestión. Recordar los casos recientes del retablo del Cristo de la Expiración (Cachorro) o  el nuevo retablo para Nº. P. Jesús de las Tres Caídas de Triana son buenos ejemplos de ello. En la provincia existen magníficos ejemplos de altares de hermandades para las imágenes titulares que en muchos casos tienen suficiente antigüedad para verificar que este asunto no es nuevo.
Les traemos a este blog uno de los altares más significativos, por su valor artístico y por su antigüedad ya que fue realizado en los primeros años del siglo XVIII. Entre 1700 y 1714 la Hermandad de Nº. P. Jesús Nazareno de Osuna encargó a Pedro García de Acuña la ejecución del retablo, las esculturas son Pedro Roldán “ El Mozo” y el dorado lo ejecutó Lorenzo Vallejo.
En la parte alta del retablo se encuentra Jesús Resucitado, más abajo se representa el Calvario y las escenas del Prendimiento y Jesús ante Anás. Ya en la parte baja donde se encuentra la imagen de Jesús Nazareno, obra anónima de finales del siglo XVII de autor anónimo , aunque atribuida al taller de Roldán, están representadas las escenas de la Entrada de Jesús en Jerusalén y Jesús ante Pilatos.

Una auténtica obra de arte que sin duda ayuda a realzar la belleza de la imagen principal y contribuye a la devoción del mismo.