viernes, 3 de octubre de 2008

Editorial


El pasado Lunes hubo Cabildo General Ordinario de Salida de Nuestra Señora del Rosario en nuestra Capilla, y durante el último punto del Orden del Día; "Ruegos y preguntas", un hermano, miembro de la Junta de Gobierno de nuestra Hermandad, presentó su dimisión con carácter irrevocable.

Además han presentado su dimisión, desde el pasado Lunes Santo, dos miembros más de la misma, lo que suscitó, de nuevo, el debate de crisis y ruptura en la Junta de Gobierno.

El Hermano Mayor, en un gesto que le honra, explico la versión (su versión) de su gestión y de la evolución de la Junta de Gobierno que él preside.

Explicó los detalles y el desarrollo de los acontecimientos vividos en la Hermandad desde que se hizo hermano, hace más de 40 años hasta que accedió a los ruegos de Pedro Collado, para que se presentara a Hermano Mayor, poniéndole como condición que el propio Pedro Collado lo acompañara, como Teniente de Hermano Mayor, en esa candidatura.
Aclaró la situación de fractura que sufre la Junta de Gobierno por la oposición interna de algunos de sus miembros, cada vez menos, a no participar ni a colaborar en llevar adelante el programa con el que se presentó, que fue redactado por él mismo y aprobado por todos los miembros de su candidatura.

Se han hecho cosas muy importantes, se han aclarado las cuentas (con unas desviaciones presupuestarias de 36 millones de las antiguas pesetas) y se ha pasado página a una manera de gestionar la Hermanad que había sido norma en anteriores Juntas de Gobierno (perdiéndose actas de cabildos, rompiéndose acuerdos de cabildos generales, aplazándose los procesos electorales, no fomentándose la participación de los hermanos, etc.).

Explicó también, el esfuerzo que le supone, dado su estado de salud, hacer frente a tantos inconvenientes. Pero manifestó su firme voluntad de seguir en su puesto de Hermano Mayor para el que había sido elegido y manifestó su firme voluntad de seguir y no abandonar hasta terminar, con la ayuda de Dios, su legislatura.

El alegato del Hermano Mayor, dicho con palabras entrecortadas por la emoción, fue sencillamente estremecedor, y a todos nos debe hacer reflexionar.

Las sentidas palabras del Hermano Mayor emocionaron a muchos de los presentes al Cabildo y no hicieron más que confirmar las sospechas que muchos teníamos de que el mal que afecta a la Hermandad está en el seno de la propia Junta. Y aunque no dio nombres todos sabemos a quienes se estaba refiriendo.

Por el bien de la Hermandad y para recuperar las vivencias cofrades que algunos tuvieron la oportunidad de vivir, hace ya demasiados años, dentro de la misma, debemos meditar si con nuestra actitud estamos buscando el bien de las Aguas o, si por el contrario, buscamos nuestro propio bien.

Después del Cabildo, algunos hermanos comentaban que sobre posicionamientos personalistas, lo que prima en ellos, es el bien de la Hermandad.

Esperemos que si Vicente Camacho, por su situación personal, no se vuelve a presentar, para continuar dirigiendo la Hermandad, el Hermano Mayor que resultara elegido con la ayuda del Espíritu Santo, en un proceso electoral, coja el testigo de su gestión y siga la misma senda llevándonos al olvido de tiempos pasados en los que, como se decía en el mundillo cofradiero de Sevilla: “Las Aguas era el Cortijo de Pedro”.