Las vírgenes
de candelero suelen tener dos representaciones iconográficas en sus manos, las
más antiguas solían tener las dos manos entrecruzadas por sus dedos en actitud
implorante o sencillamente las dos manos separadas, que dan mucho juego puesto
que al ser articulados los brazos pueden cambiar de postura según el momento:
besamanos, altar de diario, en el paso etc.
Les
mostramos varios ejemplos de dolorosas con las manos entrelazadas, conservando
su juego de manos original, como la Soledad de Mena y Dolores del Puente de
Málaga, Dolores Servita de Cádiz y Dolores de Las Cabezas de San Juan.
En Sevilla
teníamos a la Virgen de las Aguas de la Hermandad del Museo, obra del escultor
Cristóbal Ramos en 1772, pero en el año 1922 cuando la hermandad decidió
realizar el paso de palio para su dolorosa, el escultor Antonio Infantes Reina
talló un nuevo juego de manos.
Por último
mostramos a Nuestra Señora de la Soledad de San Buenaventura, como ejemplo de
cómo las manos son colocadas de diferentes maneras a lo largo del año.