Las
hermandades en estos nuevos tiempos de pandemias han tenido que adaptarse a las
nuevas circunstancias y los cofrades nos tendremos que ir acostumbrando a ver
las distintas variaciones en la forma de hacer los actos de culto.
Así que la
palabra besamanos o besapiés van a dejar de tener sentido en el más estricto
sentido de la palabra porque no van a ser tales al no poderse realizar la
acción del beso, pero eso no implica que llegadas las fechas las hermandades no
puedan hacer sus anuales “besamanos”.
Valga de
ejemplo lo que hizo la sevillana Hermandad de La Carretería, que el tradicional
besamanos lo transformó en un acto de adoración contemplativo, la Virgen no fue
bajada de su altar, pero este aparecía bellamente exornado para la ocasión y
delante del mismo se pusieron unas sillas para que los fieles pudieran admirar
a la dolorosa y rezarle, todo ello en un ambiente de espiritualidad y
tranquilidad propiciado por las reducidas dimensiones de la capilla.