La Hermandad de la Exaltación instaló en su sede canónica la iglesia de Santa Catalina durante los días de la semana santa un altar con motivo de la no salida procesional del Jueves Santo.
Nuestra Señora de las Lágrimas se encontraba junto
al crucificado en el momento de ser izado por dos sayones y la imagen de San
Juan evangelista. El altar se situaba en el presbiterio del templo realizado
con diferentes elementos del paso de misterio.