Empieza el año 2022 y de manera natural nos sale aquello de “Año Nuevo, Vida Nueva”, pero en cuestión de tradiciones todo permanece inalterable a pesar de las diversas vicisitudes que estamos atravesando por culpa de la pandemia.
Llega el uno
de enero y el rito una vez más comienza de manera cíclica, primer día del año,
primer día del quinario a Nuestro Padre Jesús del Gran Poder, se abren las
puertas de la Basílica a las diez treinta de la mañana y todo está preparado y
dispuesto para sus cultos de regla que terminarán con la función solemne el día
de la Epifanía del Señor. El Gran Poder vestido con la túnica Persa es sinónimo
de proximidad a lo que está por venir.
Del mismo
modo en otro lugar de la ciudad, concretamente la iglesia del Divino Salvador,
el primer fin de semana de cada año, es decir siempre es el primero en la
ciudad de Sevilla donde podríamos afirmar que es Semana Santa todos los días
del año. El Señor de Pasión baja desde su altar para acercarse a sus devotos en
“veneración” por aquello de los protocolos sanitarios y los besos en sus pies
no se pueden realizar, quizás nunca más volveremos a besarlos, pero lo
importante no son las formas externas, lo fundamental es la devoción y la fe que
llevamos en nuestra alma.
Así de esta
manera con estos dos ritos la ciudad comienza el camino hacia el gozo de una
nueva semana santa, la semana mayor por antonomasia de todos los sevillanos,
que esperamos que en el presente año pueda por fin ser una realidad en las
calles.