La hermandad de la Sagrada Mortaja de Sevilla tiene su origen en el hallazgo de manera casual de una imagen representando a la Virgen y en su regazo aparece cristo muerto, esta antigua escultura recientemente restaurada preside uno de los retablos de la actual sede canónica de la corporación, la iglesia del antiguo convento de la Paz. La hermandad se fundó en la iglesia de Santa Marina y es allí donde ocurre el hecho que relata un azulejo colocado en la fachada de la casa-hermandad, donde una persona huyendo de la justicia busca refugio en un hueco de la torre y de manera accidental encuentra la imagen que pasará a denominarse “Piedad” por las palabras que implora el fugitivo que milagrosamente escapa de los que le perseguían. Este hecho milagroso se encuentra pintado al fresco en un vano de la fachada principal de acceso a la iglesia, pintura realizada por Francisco Maireles en 1978.